CRÓNICA: “BAJO LA SOMBRA PROTECTORA: PRESERVANDO EL LEGADO DEL ALGARROBO”
Cronistas: Ávila Bobadilla José, Escobedo Bermeo Josue, Delgado Castañeda Erick, Ortiz Carbajal Larry y Guillen Urbina Anthony 5to D – I.E San Juan.
El Perù posee una gran variedad de plantas nativas entre ellas se encuentra
el algarrobo que en la antigüedad, el algarrobo (Ceratonia siliqua) era
cultivado en la región del Mediterráneo, donde sus frutos eran
aprovechados como alimento tanto para humanos como para animales, así como
su madera para diversos usos.
Durante el siglo XVIII, trasladado por colonizadores españoles, el
algarrobo llegó a nuevas regiones, incluyendo Perú, donde encontraron
condiciones climáticas propicias para su cultivo. En el territorio peruano, el
algarrobo se estableció como una importante fuente de alimento y recursos para
las comunidades locales.
En el siglo XIX, el cultivo del algarrobo se consolidó en Perú, especialmente
en regiones áridas y semiáridas de la costa y la sierra. La planta se
adaptó bien a estos ambientes y se convirtió en una parte esencial de la
agricultura y la economía locales.
Con el avance del siglo XX, el algarrobo adquirió una mayor relevancia en
la industria alimentaria peruana. Se desarrollaron técnicas de procesamiento de
sus frutos para la obtención de harina de algarroba, la cual es un
producto utilizado en la gastronomía tradicional peruana y en la elaboración de
diversos alimentos.
En el siglo XXI, el algarrobo continúa siendo cultivado en diversas partes
de Perú, tanto por su valor alimenticio como por sus beneficios
medioambientales. Se realizan investigaciones con el fin de explorar su
potencial en la agroforestería, la restauración de suelos degradados y la
promoción de la biodiversidad.
A lo largo de los siglos, el algarrobo ha sido valorado en Perú por su
resistencia, versatilidad y contribución a la seguridad alimentaria y la
conservación del medio ambiente. Su presencia en la historia y la cultura
peruana es un testimonio de su importancia en la vida de las comunidades
locales.
Pese a que tiene un rol clave en la mitigación del cambio climático y su
algarroba es considerada un superalimento porque tiene un alto poder nutritivo,
el algarrobo se encuentra en situación vulnerable, según la normativa nacional,
y sus principales amenazas son la tala ilegal, para usarlo como carbón vegetal,
el cambio de uso de suelo, y los incendios forestales.
En conclusión, la conservación
del algarrobo y sus hábitats naturales es fundamental para asegurar la
sostenibilidad de estos ecosistemas y para mantener los beneficios que
proporcionan a las comunidades locales y al medio ambiente en general. Es
necesario tomar medidas urgentes para abordar las amenazas que enfrenta esta
especie y promover su manejo sostenible para las generaciones futuras.
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