CRÓNICA: VALORAMOS LA TOTORA, UN TESORO DE LA LIBERTAD

 

Cronistas: Centurión Cabanillas Paolo Martin, Enríquez Castillo Elias Haniel, Llapo Chávez Iker Carles, Atoche Álvarez Lester Steven, Peña Mestanza Fabrizio Aldair.Estudiantes de 5to Año de secundaria de la Institución Educativa San Juan.

En nuestro país, albergamos una gran biodiversidad entre flora y fauna repartido por todo nuestro territorio, gracias a esto somos reconocidos por ser uno de los países mas megadiversos del mundo, sin embargo, muchos de estas especies se encuentran actualmente en peligro de extinción. Centrándonos en la región de La Libertad, el cual encontramos a la vizcacha, el zorro andino, el huanaco, el mono araña, el algarrobo, el zapote, la puya Raimondi, el queñua, sin embargo, en esta ocasión nos centraremos en la totora. Este viene a ser una planta nativa emblemática del Lago Titicaca, y a pesar de tener orígenes fuera de la Libertad, se ha asentado de tal manera que se ha convertido en una de las mas importantes de la historia y de gran valor en muchos territorios, incluyendo en nuestra Región.  Conocida como “Thypa”. Esta emblemática planta está adaptada a hábitats acuáticos, como lagos, ríos, pantanos, lagunas y manglares; pero con aguas poco profundas, enraizándose en el fondo del cuerpo del agua y emergiendo a la superficie, esta planta resalta por su tallo largo y cilíndrico, de la misma forma presentan de hojas largas, pero delgadas; con un color al principió verde de ahí se va formando un color pardo claro a oscuro.

 

Importantes revelaciones gracias al descubrimiento del sitio arqueológico Pampas de Gramalote, sus estudios nos revelaron que la totora se uso en el Antigua Perú 1500 años antes de Cristo, es decir esta embarcación existió al menos hace 3500 años. Cabe recalcar que esta planta también se relaciona a las culturas Moche (1 y 800 años d.C.) y Chimú (700 y 1400 años d. C.), pues en estas culturas ya se utilizaban de la totora, tenían sus técnicas, para la construcción de balsas y embarcación, la cuales les ayudaron mucho para sus actividades, además de emplear para la elaboración de objetos cotidianos y decorativos.

 La totora también tenía una importancia cultural y religiosa para los incas y otras civilizaciones precolombinas en el Perú (1438). Se han encontrado representaciones de la totora en cerámica, textiles y otros objetos de arte, lo que sugiere que esta planta era valorada tanto por su utilidad práctica como por su simbolismo cultural. Para los incas al momento de expandirse, tuvieron que adaptarse a los diferentes entornos, ahí es donde entra la totora garantizándoles su supervivencia, llegaron a construir de “viviendas flotantes”. Por último, mencionar que en aquellas civilizaciones y culturas esta planta era de un alimento principal, pues se consumía de diversas formas.

Durante la época colonial (1533 – 1821) la llegada de los españoles, el uso de la totora continuo, pero con influencia europeas, con respecto a su técnica y usó, dándole ciertas mejoras.

En los siglos XIX y XX, sigue siendo vital para muchas comunidades andinas, las cuales estas mantenían la misma tradición de construcción de baldas, viviendas u otras herramientas.  Ya pasando a los años 1900 y 2000, la totora se seguía utilizando, pero enfrentaba desafíos de la modernización, pero aun así sigue buscando adaptar al nuevo mundo.

Y es que gracias al emprendimiento denominado “Eco Artesanías de Totora Titikaka–Chimú”. Se promovió la iniciativa en el 2016, el objetivo de empoderar económicamente a las mujeres artesanas indígenas aimaras a través de la actividad artesanal, aprovechando sosteniblemente los totorales y contribuyendo a la reducción del uso de recipientes de plástico de un solo uso en el hogar.

Retornando a la actualidad, la totora sigue siendo de un material natural indispensable, que se ha llevado a nuevas aplicaciones y relaciones con actividades económicas como es el turismo, la pesca y la artesanía, hasta su propio consumo de la planta.

 

Cabe resaltar que la Totora ofrece una serie de beneficios para la salud. Sus fibras son reconocidas por su capacidad para fortalecer el sistema inmunológico y mejorar la digestión, gracias a su alto contenido de fibra dietética. Además, se ha demostrado que posee propiedades antioxidantes, lo que puede ayudar a combatir el daño celular y reducir el riesgo de enfermedades crónicas. Su consumo también puede contribuir a la regulación del azúcar en la sangre, beneficiando a personas con diabetes. Además, la totora es rica en minerales como el calcio, el hierro y el magnesio, que son esenciales para la salud ósea y muscular.

 

Últimamente, hemos notado la decadencia en el uso de la totora, en sus inicios esta planta fue pieza clave para el desarrollo de cultural pre incas y llegando a parte del imperio incaico y el virreinato. Sin embargo, con el pasar del tiempo, este a sido remplazado por la industrialización y materiales producidos en masa, llegando a ser utilizados principal mente por comunidades indígenas y para actividades económicas y atractivos turísticos, dejando atrás sus múltiples funcionalidades.

 

Para concluir, podemos decir que la totora es planta utilizada desde las civilizaciones preincaicas en la elaboración de casas flotante, sin embargo, fue mucho más que solo un recurso material para la elaboración de balsas o viviendas, sino que también se usó en la alimentación y la medicina, además de eso la totora también tuvo un significado artístico, que se veía en la creación de diferentes cerámicas y textiles. Pero su misión no se dirige a solo eso su alto contenido de fibra mejoraba la digestión, sus antioxidantes protegían contra enfermedades y al ser un antiinflamatorio nos ofrecía alivio, además que tiene una relación estrecha en la economía de las comunidades poseyentes de la misma por sus diferentes actividades como la pesca y la textilería, entonces por lo tanto la totora es un tesoro natural que ha dejado una huella  histórica como  simbólica en nuestro país, es por eso que, nosotros como personas estamos en la incesante labor de promover su cuidado y conservación y no desaprovechar  la oportunidad y fortuna que nos ha tocado al tener esta planta y que esta dejara un legado para toda la eternidad en la historia del Perú.